Exfoliar la piel es parte de nuestra rutina de belleza, y en sí un proceso relativamente sencillo pero muy importante que se debe hacer a menudo. Descubre cuál es la manera correcta de usar nuestro exfoliante para rostro, para sacarle el mejor provecho y lucir una piel radiante.
Antes de exfoliar humecta
Antes de proceder a la exfoliación es de suma importancia que humedezcas tu piel con agua tibia. Una exfoliación en seco hará irritar tu piel y enrojecerla. Entonces, ya sabes, moja tu piel con agua para luego aplicar nuestro exfoliante para rostro. Un paso más que sencillo.
Frotar moderadamente
Si eres de las que piensa que cuanto más fuerte frotes tu cara, mejores resultados lograrás, estás muy equivocada. El exfoliante se aplica de manera delicada, con suaves masajes, de lo contrario no solo eliminarás las capas de células muertas sino que la lastimarás.
Exfoliar una o dos veces por semana
Exfoliarse varias veces a la semana dañará la piel de tu rostro. La búsqueda de la piel perfecta no debe hacer que abuses de este tratamiento, ya que dejará tu piel irritada y sobreexpuesta, sin su protección natural. Lo ideal es exfoliar la piel una o dos veces por semana.
Exfoliar e hidratar
Te encanta cuidarte, pero sólo obtendrás buenos resultados en la exfoliación si luego de hacerlo te aplicas una crema hidratante. De lo contrario podrás ver cómo luce seca y sin vitalidad. Con una buena crema humectante luego de la exfoliación verás a tu piel suave y brillante.
Recuerda que al exfoliar tu piel, estás quitando una capa de células muertas de tu rostro. La piel se encuentra un tanto sensible, por lo tanto, lo único que debes hacer es colocar la crema humectante. Olvídate de hacerte máscaras, broncearte o depilarte después de la exfoliación.
Cantaluna. Abraza lo natural.